21/1/09

El gran evento

Se me ha hecho tarde para hablar de Gazprom, de Timosenko, del gas. Por lo visto fluye por los tubos con total normalidad, que ya se ha aclarado si la servidumbre de paso era robo o qué demonios. Que salimos de la alerta una vez que premiers ucraniana y ruso han llegado a un acuerdo tras el principio de acuerdo.

Hablaré, pues, de un melocotón. melocotón, en húngaro, se dice barack. Y cuando avisé en el trabajo que saldría antes para ver con algunos americans como barack tomaba juramento, mis compañeros dibujaron una sonrisa. Un melocotón en una oficina. En una oficina con forma de huevo, para completar la macedonia.

La comunidad americana en Budapest -por orden de cantidad: turistas, ejecutivos, estudiantes- se reunió en Beckett's, una tasca irlandesa, de a 4 euros la guinness. No todos lo estadounidenses estaban allí, los había que pagaros 50 US.$ por el cubierto en la embassy. Los había con camisetas del flamante presidente, con chapas del african-american más popular del mundo en las solapas, con traje y corbata, con pasquines de Amnistía Internacional.

Y en las cinco pantallas de plasma del garito, la CNN live, desde Washington, con enviados en Pasadena, Orange Country, Chicago... En ese momento, los VIPs llegaban a la plataforma que los responsables de protocolo de la White House habían preparado. Luego, la primera dama, con la vice-primera dama (Sra. de Bush, Sra. de Cheney). Luego Dick, en silla de ruedas, luego George, con bufanda blanca. Y nadie insultó, ni se escuchó un buh, ni un fuera, ni un anda y qué te zurzan. Que me extrañó, quiero decir. Poca costumbre democrática la nuestra, supongo.

Cuando entró el protagonista, por quien se había montado todo ese espectáculo, la tasca fue un rugir. Esperaban que el nuevo amo jurase, y eso que la CNN había roto la emoción con un rótulo: "La constitución establece que el presidente lo es desde el mediodía, haya o no tomado juaramento". Antes, Aretha emocionaría con "My country 'tis of thee", y la orquesta de cámara daría el toque elevado al evento (en ese momento, el ruído en Beckett's subía, y se pedían más cervezas, más dry wines). Una nube de reporteros encorvados de tanto trípode, micro y leche puta, se movía como buenamente era capaz entre taburetes y círculos, preguntando y tomando instantáneas de caras alegres. Tan entrañables.

Le tocó la hora a Biden. Juró muy de seguido, convencido de que el protagonista no era él, ni mucho menos. La gente en la tasca, aplaudió. Y... redoble de tambores... el gran momento que todos estaban esperando... OBAMA. Ya había puesto su mano enla biblia de Lincoln. Se trabucó con el juro, con el fielmente, con oficina... risas, complices. Pero había jurado, que era lo crocante.

Luego, el silencio. Escuchaban a su líder, el abanderado de la esperanza, el genio del cambio, el paladín de los desfavorecidos... el máster de la lectura en teleprompter. Me quedé con que el mercado, aunque genere riqueza y sea fuente de libertad, había que controlarlo. aplausos. Que América enfrentaría sus problemas, los muchos que tiene, ahora, de una vez por todas, we. Muchísimos aplausos.All together. Más aplausos, cientos de ellos.Muchas gracias y que dios les bendiga. Hasta chillidos, todo un pop star.Qué lejos estás, Reagan...

Antes de que Cheney se fuese con su coche y Bush y Sra. en el Executive One, un yuppie, al que la esposa había dejado solo con la excusa del excusado, me dice, smiling, que a ver si se acaba el show. Que él había votado por el candidato replublicano. Y lo decía sonriendo, y después de haber aplaudido como los demás el discurso del presidente. Y dicen que Estados Unidos es una nación joven.

Cuando ya me iba del bar, me paró una joven - luego me enteré que era abogada, húngara, pero por su acento bien hubise dicho que era americana - y me invitó a acompañarla a ella y a otros to "stand for hope" frente a la embajada de EEUU. Yo no sabía que es eso de Stand for hope (¿levantarse por la esperanza? mira que es raro), pero tenía tiempo y ganas de hablar un rato.

Literalmente, we stood for hope. Habían trazado en el suelo, frente a la embajada, las letras hache, la pé, y dos oes. HOPE. Nos dieron unas velas (era antorchas de demostrator profesional, digan lo que digan), nos colocamos unos junto a otros sobre la esperanza y cantamos el "This Land Was Made For You And Me" - no sabía que era la misma que el Boss había interpretado en el Lincoln Memorial el día antes. La canté con Michael, de NY, Isabella, del DC, Mathew, de Kentucky, Gabor, de Budapest.

Cuando el espectáculo se terminó, me fui al metro con la cabeza llena de cambio, esperanza, promesas, trabajo por hacer. Y, más tarde, cuando vi a los viejos repartiendo propaganda por un euro la hora, a los controladores, a los sin techo... me di cuenta que nada había cambiado. Y que no va acambiar en mucho tiempo. Para celebrar que la república ya tenía presidente, me fui a cenar como un rey. Bueno, con el rey. Exactamente, el rey de las hamburguesas, Burguer King, que están de oferta. Nada cambia.

De cualquier manera,
Congratulations, America!