26/11/08

La guerra del fútbol

No se habla aquí ni de El Salvador ni de Honduras. No hay mención para las rondas clasificatorias del mundial de Méjico´70. No se toca tampoco a la United Fruit Company ni a los derechos de los campesinos.

Tiene que ver con la guerra que húngaros de dentro y de fuera y vecinos mantienen. Con la crisis diplomática que se ha abierto a la sazón de un partido de fútbol de la liga eslovaca. A fecha de 1 de noviembre, el Slovan de Bratislava jugó un partido de poca trascendencia – según los entendidos- contra el conjunto local de Dunajská Streda , al sur de Eslovaquia. Pese a la poca miga que se jugaba en el encuentro, 1.000 policías se desplegaron para vigilar un estadio de 10.000 asientos.

El resultado final fue de arrestos, porrazos, golpes, cargas a caballo. Los balones no eran ni de marca ni de cuero, eran pelotas de goma. Nadie se preocupa de los goles que se marcaron. Vlad, eslovaco de Brno, relata los hechos. “Aficionados de origen húngaro llegaron al partido con ganas de armar bronca. Llevaban los símbolos de la Gran Hungría, cantaban a la tierra que dicen suya, que en realidad es Eslovaquia, y luego ser liaron a cantazos con los autobuses de los hinchas del Slovan.”

Los húngaros dicen que la cosa no ocurrió tan así, que la policía se descargó con la hinchada húngara por eso mismo, por ser húngara. Un millar de aquellos que recordaban a los héroes del pasado (ver más abajo) se concentró a las puertas de la embajada eslovaca en Budapest a quemar banderas, a levantar estandartes de la Gran Hungría de antes del diluvio, a olerse la testosterona.

Al sur de Eslovaquia, al igual que al sureste de Ucrania o al este de Rumanía vive la diáspora húngara, los que se quedaron fuera de las fronteras que en el Tratado de Trianón trazasen los vencedores de la Gran Guerra. Los territorios de Transilvania, Eslovaquia, las regiones del sur que se extendían por Croacia o Serbia, se separaron de Hungría. Perdió su enlace con el mar y se aisló en la duda de ser centroeuropea o del este. Cómo sería que al poder llegó en los felices 20 un almirante sin flota regente de un reino sin rey.

Le pregunto a Szusza, profesora de inglés con acento de Irlanda, nieta de rusos y con primos en los cinco continentes, estudiante de sociología en los tiempos en los que la ciencia social estaba prohibida por el socialismo, qué es lo que está ocurriendo en las fronteras de Hungría. Dice que las heridas que en Trianón se abrieron fueron tales que mucha gente sigue recordándolo – porque sigue viva. Que los traumas para la población que se vio desvinculada y luego perseguida siguen sin cura. Que los arreglos posteriores han sido arreglos, no soluciones (como fueron los trasvases de poblaciones sin respeto por más propiedad que los zapatos). Y que durante mucho tiempo no se brindaba con cerveza porque los que suscribieron el pacto de 1920 lo hicieron con espumosa rubia.

No ha mucho se convocó a los húngaros a un referendo sobre el estatus de aquellos que viven extramuros. A la pregunta: ¿Les damos pasaporte y nacionalidad a los de fuera?, los nacionales dijeron NO. Por ese resultado hizo campaña el actual primer ministro (socialista), aduciendo que “vendrían en masa a quitarnos el trabajo”. Es de roja directa.

Los ministros y plenipotenciarios de una y otra nación se han reunido para solventar el asunto. Habrán acordado algo en el marco de la úe, del fondo de cohesión o del comité de las regiones. Están, como lo estarán siempre, fuera de juego. Mientras, a los húngaros de fuera no se los quiere dentro. A los de dentro no se los quiere fuera. Pi, pi, piiiiii. Final del partido.

5 comentarios:

Peter Pánico dijo...

No va siendo hora de dejar de entrometer la política en fútbol? El fútbol alienta las ideas radicales, creo yo. Interesante comparación con lo de El Salvador.

Un abrazo

Peter Pánico dijo...

Y esas diásporas son siempre muy difíciles. Me recuerda a los franceses de la jungla de Apocalypse Now: si se piraban de allí, solo tenían "un agujero", patria de nadie, siempre con las mismas pamplinas diplomáticas...

Marc dijo...

Bien pitado. ;)
Deberías buscar trabajo.

Fl dijo...

trabajo de qué?
el fútbolalienta lo que quieras que aliente: unidad, pasión, extremismo... depende sólo de lo que luego digan los parlamentarios y gobernadores y de que la gente se lo crea.

Marc dijo...

De árbitro de fútbol. O de speaker.