28/10/08

En recuerdo a los héroes

20 de agosto de 1896: Hungría celebra, por todo lo alto, su Millenium. Se inauguran en Budapest palacios, museos, teatros y casas de ópera, parques, el zoológico, ...en un recorrido de la flamante segunda línea de metro de Europa que acaba en la Plaza de los héroes. Un arcángel Sab Gabriel de piedra, majestuoso, remata una columna a la que en la base se han apostado los que fuesen líderes de las siete tribus, a caballo, con bárbaras melenas, prehitóricos yelmos de asta de ciervo y amuletos paganos. Ellos fueron los héroes

23 de Octubre de 1956. Estudiantes y obreros de Budapest se concentran en la plaza de Moscú (Moskvater) bajo el liderazgo del reformista Imre Nagy. Arrancan los martillos, hoces y estrellas de las banderas y, unidos, plantan cara al comunismo. Jruschov había pronunciado el discurso secreto en el XX Congreso y se supone entre los revolucionarios que una chispa falta para encender las velas del entierro del stalinismo.

Mientras esperan la ayuda internacional, roban explosivos y empiezan la revolución. Durante los días que dura el gobierno provisional, multipartidista, se amnistía a los presos políticos, entre ellos al cardenal József Mindszenty, y se ven elecciones libres en el horizonte. Fracasan. El apoyo de occidente se limita al plano moral mientras que el Kremlin manda tanques. A 4 de noviembre, en una ofensiva sin precedentes, los instigadores son detenidos y condenados a muerte en un juicio sumarísimo. Ellos serán los héroes

Los veinte de agosto y los veintitrés de octubre son fiesta nacional en Hungría. Un pueblo que puede achacar de mucho menos de alzheimer, recuerda a sus héroes cuando tiene ocasión. Las campanas de las iglesias de Pécs, al sur, repican cada día a la misma hora en que se ganó a los Turcos y se los contuvo en Belgrado.

La memoria no les falla. A algunos les falla el tacto, la precisión y el buen gusto en ejercicio del recuerdo. 52 ańos tras la revolución de Nagy, los grupos de extremo (decir aquí derecha o izquierda no tiene ningún sentido), se reunen, marchan marciales, insultan a las decenas de antidisturbios que pretenden controlarlos, entregan panfletos en los que alertan al mundo de que, como hicieron en el pasado, los húngaros y su prole están dispuestos a seguir marchando por el orbe, piden el cambio sin proponer soluciones (hablo aquí de Hungría, no de Obama), critican al exterior como génesis de todos sus males.

Míster Griffin, del Partido Nacionalista Británico, es la estrella invitada al mitin de Jobbik, un grupúsculo ultranacionalista: "Aunque los historiadores digan que la revolución no sirvió de nada, mienten: hoy tenemos la conciencia de que el espíritu de Stalin vive, no en Moscú, si no en Bruselas"

Es la representación inversa del Angelus Novus de Klee. Miran al futuro esclavos del pasado, y al ver una mole negra en la que es inevitable sumergirse, patalean, rompen vitrinas, levantan masculinos sus largos mástiles, sacan pecho, bajan una octava en honor al himno.

No hay nada más deprimente que un cobarde tomando aliento de las hazańas de los héroes

1 comentario:

Peter Pánico dijo...

Hazañas y héroes, ya veo que estás hecho un conquistador del imperio, hermano.

Cuídate por ahí