22/10/08

Mi viaje a África

Muchos han dicho que la literatura es un billete de ida para el lector a mundos imaginarios, distantes, exóticos... en el tren de las palabras. Leer a Steinbeck es convertirse en un Arki en los tiempos de la depresión; las páginas de Galdós huelen a pólvora de las santabárbaras de Trafalgar; con Kipling acompañamos a los gabachos en la campaña de Egipto o a dos oficiales británicos en sus tribulaciones afganas; descubrir Macondo es posible con Gabo.

He descubierto que no solo te llevan, si no que te traen. A mí me han traído África. Un pedacito de África. Tánger, exactamente. Fue Pérez-Reverte, en uno de sus artículos dominicales, en un descanso a su pluma viperina, quien advirtió sobre el encanto de los libros viejos, de segunda mano. Los amarillos que huelen a polilla y a madera. Los que tienen marcas de dedos, de café. Las esquinas de las páginas dobladas, desencuadernados a veces. Esos libros dicen de la historia tanto como de los lectores.

Me he sacado el carné de la biblioteca del Cervantes de Budapest. He sacado un libro: Los funerales de la Mamá Grande, de García Márquez. Sexta edición, 1979. Impreso por Rotativa en Espulgas de Llobregat, Barcelona.

Cada 25 páginas, con la exquisita precisión de bibliotecario, un sello: Biblioteca Española- Tánger. Olía el calor del aire africano. Me pusieron bajo los pies las calles de la medina cuando leí, en la página 79, "...la Mamá Grande en el el patio con una sábana blanca y un peine en el regazo, destripando piojos con los pulgares...". La humedad y el calor de Macondo nada tienen que ver con el puerto de Tánger. Sobre las palabras regazo, destripando y piojos, escritas a lápiz las traducciones en árabe.

¿Viajar barato? ¡Superad eso, Kiplings, Steinbecks, Ryanair!

1 comentario:

dontbelieve dijo...

un bezote de belgica (sisi ahora vivo alli!!)
no me lo creo que elijiste a un libro de Garcia Marquez, autor con que me vuelve loca (acabo de hacer dos resenas sobre su general en su laberinto !! )
bueno
je t'embrasse