7/10/08

¿Te apetece jugar al chocho?

Es esta una de las expresiones que el visitante puede escuchar en medio de cualquier conversación de las tascas de la capital húngara. Se lo dicen ellas a ellos, ellos a ellas, ellos a ellos y ellas a ellas sin ningún tipo de miramiento, a lo loco casi. Los hay que lo dicen desafiantes, otros con el brillo del aburrimiento en los ojos y en los bostezos, otros suplicantes. Qué mejor que jugar al chocho para matar el tiempo, para ver quién es el mejor, para divertirse, para resarcirse de una mala experiencia en el mismo "deporte". El que escribe ha participado de este ejercicio el mismo día que llegó a Budapest, varias veces, unas solo, otras hasta con una quinta parte que se suma en medio de la relación. Escuché en una ocasión un "Je te deteste" de boca de una francesa a la que, cuando menos se lo esperaba, se la metí sin compasión, desde detrás y hasta el corvejón.

No saque conclusiones precipitadas ni le vaya a dar por ir diciendo por los rincones que si este o aquellos son unos pervertidos. Chocho es el bonito nombre que los hablantes húngaros han elegido para un invento muy español: el futbolín. Si hoy en día es casi imposible encontrar una mesa de futbolín en Madrid (seguro que porque cedieron su espacio a alguna ominosa máquina tragaperras), hay de estos divertimentos, y por pares, en casi todos los bares y tabernas de Budapest. Ellos y ellas se entregan con igual destreza a tan noble y castiza práctica, sonriendo y tomando sorbos de cerveza a cada gol.

1 comentario:

Marc dijo...

Y supongo que tú no te quedarás atrás, venga a meterla y venga a tragar cerveza...
Un abrazo!!